Administración de los Riesgos Financieros
La
administración de riesgos financieros es una rama especializada de las finanzas
corporativas, que se dedica a el manejo o cobertura de los riesgos financieros
“La incertidumbre existe
siempre que no se sabe con seguridad lo que ocurrirá en el futuro. El riesgo es
la incertidumbre que “importa” porque incide en el bienestar de la gente…..
Toda situación riesgosa es incierta, pero puede haber incertidumbre sin
riesgo”. (Bodie, 1998).
Por esta razón,
un administrador de riesgos financieros
se encarga del asesoramiento y manejo de la exposición ante el riesgo de
corporativos o empresas a través del uso de instrumentos financieros derivados.
Para brindar un panorama más particular sobre la administración de riesgos en
el cuadro No. 1, se puede apreciar la diferencia entre objetivos y funciones de
la administración de riesgos financieros.
También es de
suma importancia conocer los tipos de riesgos a los que se enfrenta toda
empresa, así como, su definición; ver cuadro No. 2 donde se presentan todos los
tipos de riesgos financieros más generales y comunes.
Una vez
explicados los fundamentos de objetivos y funciones de la administración de
riesgos, así como, los tipos de riesgos financieros, es importante conocer a su
vez, el proceso de cómo se administra el riesgo paso a paso, de manera muy
general (ver cuadro No.3).
Es importante
recalcar la importancia del método de transferencia del riesgo, ya que hoy en
día es el método más utilizado en la administración de riesgos, a su vez, es el
método al que se recurre a través de instrumentos derivados.
El método de
transferencia del riesgo, cuenta con tres dimensiones, la de protección o
cobertura, la de aseguramiento y la de diversificación (ver cuadro No.4).
Identificación de Riesgos
Para identificar
las fuentes de riesgo es necesario considerar la naturaleza de los distintos tipos de riesgos que se
presentan en una operación
1. Condiciones de los mercados financieros
2. Diversificación o concentración de las carteras
3. Plazos de inversión
4. Entorno económico
Riesgo de Mercado
¿Qué es el
riesgo de mercado?
El riesgo de
mercado, también conocido como riesgo sistemático, es el riesgo de que el valor
de un portafolio (de inversión o comercial) disminuya debido a cambios en valor
de los factores de riesgo del mercado, los cuáles determinan su precio o valor
final.
Los factores
estándares de riesgo de mercado son:
1. Precios de valores y títulos
2. Tipos de interés (vea riesgo de tipo de interés)
3. Tipo de cambio entre divisas extranjeras (vea riesgo cambiario)
4. Precios de materias primas
Medida del
riesgo de mercado
Como cualquier
otra forma de riesgo, la cantidad de pérdida potencial debido al riesgo de
mercado puede ser medida mediante varios métodos o convenciones.
Tradicionalmente
la forma más usada para medir el riesgo de mercado es el uso de valor en riesgo
(Value at Risk o VaR), una práctica muy aceptada y extendida en la gestión de
riesgo a corto plazo. El VaR se define como la pérdida máxima esperada en un
determinado período de tiempo.
El método de
valor en riesgo para medir el riesgo de mercado contiene varias limitaciones
que hacen que pierda exactitud. Estas limitaciones se deben a que este método
asume que la composición del portafolio no cambia a lo largo del tiempo de
medida. Esta limitación es a menudo aceptable en medidas de riesgo de mercado a
corto plazo. A medida que se amplia el período de tiempo que se tiene en
cuenta, la variación del portafolio va aumentando pues es mucho más probable
que, a mayor período de tiempo, mayores cambios se produzcan en las posiciones
del portafolio, siendo cada vez menos relevante la medida del valor en riesgo .
Otros métodos de
medida de riesgo de mercado es la simulación histórica y la varianza-covarianza
(mide la variabilidad histórica del rendimiento de activos financieros), ambos
asumen una correlación entre eventos pasados y futuros, lo cuál deja de ser
efectivo en momentos de estrés en el mercado, situaciones en las que el
nerviosismo de los inversores y situaciones más o menos extremas pueden derivar
en un comportamiento totalmente nuevo o inesperado.
Gestión del
riesgo de mercado
La gestión del
riesgo de mercado se realiza mediante planes de procedimiento ante determinados
comportamientos de los factores de riesgo que afecten al valor de un portafolio
en contrato.
La gestión del
riesgo de mercado implica una serie de pasos secuenciales. El primero es la
identificación de los factores de riesgo que afectan al portafolio. Una vez
identificados los factores de riesgo de mercado, se procede a la cuantificación
del riesgo de mercado y se realizan test de sensibilidad a las variaciones de
los factores de riesgo aplicando colecciones de valores de riesgo de mercado
históricas conocidas. De esta forma se puede establecer un plan ante posibles
escenarios debidos a los cambios en el valor de los factores de riesgo.
Riesgo de Crédito
¿Qué es el
riesgo de crédito?
El riesgo de
crédito es la posibilidad de pérdida económica derivada del incumplimiento de
las obligaciones asumidas por las contrapartes de un contrato. El concepto se
relaciona a instituciones financieras y bancos pero se puede extender a
empresas, mercados financieros y organismos de otros sectores.
Por ejemplo, el
emisor de un bono puede no pagar el capital y los intereses a tiempo
incumpliendo el contrato y generando una pérdida para el inversor. En este
sentido, los bonos gubernamentales tienen mucho menor riesgo que los bonos
emitidos por empresas, pues ante dificultades, el gobierno puede recuperarse
mucho más fácilmente que una empresa.
Lo tipos de riesgo de crédito
El riesgo de
crédito puede clasificarse atendiendo a varios créditos. Una clasificación
sería en función de quién soporta el riesgo. De este modo, los tipos de riesgo
de crédito serían:
Riesgo de
crédito soportado por personas físicas
Los individuos,
y no sólo entidades financieras y empresas, están expuestas y asumen riesgo de
crédito en muchas de sus actividades diarias. Por ejemplo, al depositar su
dinero en un banco, cuándo se asumen obligaciones contractuales para realizar
un depósito (por ejemplo al realizar un contrato de alquiler) o simplemente al
trabajar por cuenta ajena pues se asume el riesgo de que la empresa o pagador
no haga efectivo su salario.
En algunos países
existen medidas para limitar el riesgo de crédito de individuos o personas
físicas ante depósitos bancarios o para proteger el impago de salarios. Por
ejemplo en España existe el Fondo de garantía de Depósitos y el Fondo de
Garantía Salarial.
Riesgo de
crédito soportado por las empresas
El principal
riesgo de crédito que asumen las empresas es la venta a plazo en la que asume
el riesgo de que el cliente que ha comprado una mercancía finalmente no pague.
En este sentido, la mayoría de empresas cuenta, o contratan servicios externos,
con departamentos de valoración del riesgo que estudian la viabilidad de venta
a plazo a cada cliente.
Riesgo de
crédito soportado por instituciones financieras
Una de las
actividades cotidianas de bancos e instituciones financieras son la concesión
de créditos a clientes, tanto individuales como corporativos. Estos créditos
pueden ser en forma de préstamos o líneas de crédito (como tarjetas de crédito)
y otros productos. La entidad financiera asume el riesgo de que el deudor
incumpla el pago de su deuda e intereses pactados. Los bancos suelen exigir
ciertas garantías e imponen ciertas clausulas adicionales que varían según la
valoración de riesgo del cliente; así por ejemplo pueden cobrar unos tipos de
interés más altos para clientes con más riesgo o pueden imponer un límite de
endeudamiento a empresas a las que se les ha concedido un crédito.
Riesgo De Liquidez
El Comité de
Supervisión Bancaria de Basilea define la liquidez como «la capacidad de una
entidad para financiar aumentos de su volumen de activos y para cumplir sus
obligaciones de pago al vencimiento, sin incurrir en pérdidas inaceptables.
En este sentido,
el riesgo de liquidez se puede expresar como la probabilidad de incurrir en
pérdidas por no disponer de recursos líquidos suficientes para cumplir con las
obligaciones de pagos comprometidas en un horizonte temporal determinado, y una
vez considerada la posibilidad de que la entidad logre liquidar sus activos en
condiciones razonables de tiempo y precio.
Las entidades
del sector financiero se encuentran particularmente expuestas al riesgo de
liquidez, dada la naturaleza de sus actividades, entre las que se incluye la
captación de fondos. Se trata de un riesgo inherente a la actividad bancaria;
sin embargo, el riesgo de liquidez había recibido menor atención que otros
riesgos, tanto por parte de las entidades como de los reguladores. Así, hasta
2010 la normativa consistía fundamentalmente en una serie de principios
cualitativos no vinculantes sobre la buena gestión de la liquidez.
Definición del
Riesgo de Liquidez
Se define como
riesgo de liquidez la contingencia de que la entidad incurra en pérdidas
excesivas por la enajenación de activos a descuentos inusuales y
significativos, con el fin de disponer rápidamente de los recursos necesarios
para cumplir con sus obligaciones contractuales. Por lo anterior, la gestión
del riesgo de liquidez contempla el análisis integral de la estructura de
activos, pasivos y posiciones fuera de balance, estimando y controlando los
eventuales cambios que ocasionen pérdidas en los estados financieros.
Gestión del
Riesgo de Liquidez
Para controlar
el riesgo de liquidez, se establecen tres categorías: liquidez de los
instrumentos, liquidez del mercado y liquidez de los portafolios. En la
primera, se analiza la liquidez del subyacente en operaciones que se realicen
en el mercado de valores, el indicador de liquidez de los instrumentos está
dado por el volumen de negociación del instrumento en particular, y la
participación del mismo dentro del total negociado para cada especie. En la
segunda, se analiza la liquidez del mercado dentro del que se negocia cada
producto y en la última, se coordinan los flujos de caja según la porción
variable y estable, con el fin de determinar estrategias de inversión de
acuerdo con los requerimientos de liquidez.
Algunos aspectos
a considerar para gestionar el riesgo de liquidez son los siguientes:
Elaboración de
un plan de actuación por parte de la Alta Dirección en el que se determinen las
medidas a tomar ante una falta repentina de liquidez en los mercados o ante una
cancelación anticipada de los contratos de sus clientes
Mantenimiento de líneas de financiación
abiertas no utilizadas.
Establecimiento
de una adecuada diversificación tanto en plazos como en fuentes de fondeo.
Establecimiento
de un límite máximo sobre el total de las posiciones abiertas.
Principios para
la adecuada gestión del riesgo de liquidez
El Comité de
Basilea publicó en 2000 (última versión de 2008) el documento Sound Practices
for Managing Liquidity in Banking Organisations, que contiene unos principios
para una adecuada gestión de la liquidez en las entidades financieras que, por
lo general, han sido adoptados por los diferentes supervisores locales,
incorporándolos a su propia regulación en materia de gestión del riesgo de
liquidez.
A continuación
se resumen los principales aspectos considerados por estos principios.
1. Principio
fundamental para la gestión y supervisión del riesgo de liquidez.
El principio
fundamental, del que se deriva el resto, establece que una entidad es
responsable de la buena gestión de su riesgo de liquidez, por lo que deberá
definir un marco de gestión robusto para garantizar que se mantiene liquidez
suficiente (incluido un buffer de activos líquidos de alta calidad y libres de
cargas) para hacer frente a una serie de eventos generadores de tensiones,
incluidos los que ocasionan la pérdida o el deterioro de las fuentes de
financiación.
Los supervisores
deben evaluar la suficiencia del marco de gestión y la posición de liquidez de
la entidad y deben adoptar las medidas oportunas si detectan deficiencias en
este sentido, con el fin de proteger a los depositantes y limitar posibles
daños sobre el sistema financiero en su conjunto.
2. Buen gobierno
del riesgo de liquidez.
Las entidades
deben establecer con claridad una tolerancia al riesgo de liquidez adecuada a
su estrategia de negocio, e incluir para todas las actividades de negocio costos,
beneficios y riesgos de liquidez en los procesos de fijación de precios,
medición de resultados y aprobación de nuevos productos.
La Alta
Dirección debe desarrollar estrategias, políticas y prácticas para gestionar el
riesgo de liquidez con arreglo a su tolerancia al riesgo, que deben ser
aprobadas por el Consejo de Administración, e informar a este último sobre la
evolución de la liquidez.
El Consejo de
Administración debe, al menos una vez al año, examinar y aprobar las
estrategias, políticas y prácticas de gestión de la liquidez, y cerciorarse de
que la Alta Dirección gestiona con eficacia el riesgo de liquidez.
3. Medición y
gestión del riesgo de liquidez.
Las entidades
deben contar con un adecuado proceso de identificación, medición, vigilancia y
control del riesgo de liquidez.
Se deben vigilar
y controlar de forma activa las exposiciones al riesgo de liquidez y las
necesidades de financiación dentro de cada entidad legal, línea de negocio y
divisa, así como entre estas, teniendo en cuenta las limitaciones jurídicas,
regulatorias y operativas para la transferencia de liquidez.
Procede
establecer límites para controlar la exposición y vulnerabilidad al riesgo de
liquidez (que deberán revisarse periódicamente).
Hay que
establecer indicadores cualitativos y cuantitativos de alerta temprana con el
fin de reconocer la aparición de riesgos o vulnerabilidades adicionales en la
posición de liquidez de cada entidad o posibles necesidades de financiación.
Se dispondrá de
un sistema de información diseñado para facilitar información puntual y
prospectiva sobre la posición de liquidez de la entidad al Consejo de
Administración, la Alta Dirección y otro personal competente.
Se fijará una
estrategia de financiación que contemple una diversificación eficaz de las
fuentes y plazos de vencimiento de la financiación, el mantenimiento continuo
de la presencia en los mercados de financiación elegidos y las estrechas
relaciones con los proveedores de fondos, la calibración periódica de su
capacidad para obtener con presteza fondos de cada fuente y la identificación
de los principales factores que afectan a su capacidad de captar fondos,
vigilándolos estrechamente.
Procede
gestionar activamente las garantías constituidas, diferenciando entre activos
sujetos a cargas y libres de cargas, así como la entidad legal y la ubicación
física donde se hallen las garantías y la forma en que estas podrían
movilizarse con presteza.
Se deberán
realizar pruebas de stress periódicas que contemplen una gama de escenarios de
tensión a corto y largo plazo, con el fin de identificar posibles gaps de
liquidez y garantizar que las exposiciones guardan relación con la tolerancia
al riesgo de liquidez establecida.
Los resultados
de las pruebas de tensión deberán ser utilizados para desarrollar planes de
contingencia eficaces, que se revisarán periódicamente.
Las entidades
deberán mantener un buffer de activos líquidos de alta calidad y libres de
cargas como seguro frente a una serie de escenarios de stress de liquidez. No
deberá existir ningún obstáculo de índole jurídica, regulatoria u operativa que
impida utilizar estos activos para obtener financiación.
4. Otros
principios (Principios 13 a 17)
Las entidades
realizarán una difusión pública (Principio 13) de su información en materia de
liquidez para mantener informados a los participantes del mercado.
Finalmente se
desarrollan los preceptos que los supervisores deberán considerar en el
ejercicio de su función (Principios 14 a 17).
Riesgos
potenciales a corto plazo
Afloran, sin
embargo, algunos riesgos con potencial impacto en el corto plazo:
1. Aumento de la demanda de liquidez de las entidades a los bancos centrales
(a corto y largo plazo), como consecuencia de los requerimientos regulatorios.
2. Contracción de la liquidez del sistema, al mantener las entidades mayores
niveles de activos líquidos de alta calidad en balance y, por tanto, disminuir
la demanda de activos no contemplados en la definición regulatoria del buffer.
Esto puede perjudicar a los mercados de estos activos o de financiación en el
corto plazo.
3. Posible disminución del volumen crediticio, como consecuencia de la
contracción de la liquidez y la necesidad de las entidades de mantener el
buffer de liquidez, y disminución de la rentabilidad, ya que para cumplir con
la normativa las entidades deberán invertir en activos líquidos de alta calidad
y por tanto con menor margen.
4. Posibles impactos en el PIB, como consecuencia de la contracción del
crédito, lo que a su vez podría tener consecuencias en el nivel de desempleo.
Estos efectos
son inciertos y de difícil cuantificación, y se espera que el impacto final sea
limitado y que, a largo plazo, los beneficios compensen los costes.
Profundizando en
lo anterior, con base en los comentarios de la industria financiera y los
distintos estudios publicados , se pueden destacar los siguientes efectos
contrapuestos en los ámbitos que se ven más afectados por la introducción de
los nuevos estándares:
1. Impactos sobre la rentabilidad de las entidades financieras.
2. Impactos en el modelo de negocio de las entidades financieras.
3. Modificación de los mecanismos de financiación de las entidades
financieras.
4. Impactos sobre la estabilidad financiera.
5. Aumento de la demanda de deuda soberana.
6. Demanda de liquidez a los bancos centrales.
7. Incremento del coste y disminución del volumen del crédito.
8. Aumento de la morosidad y contracción del PIB y del empleo.
METODOLOGÍA
Altman Z-Score: El detector de quiebras
El Altman
Z-Score es un sencillo método de análisis de la fortaleza financiera de una
empresa. Lo que nos dice este método son las probabilidades de quiebra
establecida por una combinación de ratios financieros. El modelo fue creado en
1960 por Edward Altman, profesor de la Universidad de Nueva York.
El modelo tiene 5 variables:
X1: (Working Capital/Total Assets)
X2: (Retained Earnings/Total Assets)
X3: (EBITDA/Total Assets)
X4: (Market Value of Equity/Total Liabilities)
X5: (Net Sales/Total Assets)
Para calcular el
valor del Altman Z-Score, debemos combinar las variables anteriores de la
siguiente forma:
Z = 1,2 * X1 +
1,4 * X2 + 3,3 * X3 + 0,6 * X4 + 1,0 * X5
El modelo se
interpreta de la siguiente manera:
Z-SCORE por
encima de 3 : La empresa no presenta probabilidad de quiebra y se le considera
segura.
Z-SCORE entre
2,7 y 2,9: Está en zona de precaución. Debe hacerse un análisis muy
pormenorizado antes de entrar en la compañía.
Z-SCORE entre
1,8 y 2,7: Está en zona de alerta. Si las condiciones financieras no cambian
rápidamente, es muy probable que la empresa quiebre en los próximos dos años.
Z-SCORE menor
que 1,8: La quiebra es inminente. El peligro financiero es máximo.
Este modelo debe
ser completado con un análisis del balance. Es el complemento perfecto para los
análisis de liquidez y solvencia que debemos realizar para cualquier empresa.
Recuerda que el Working Capital (Fondo de Maniobra) es igual al Activo a Corto
Plazo (Current Assets) menos el Pasivo a Corto Plazo (Current Liabilities).
EJEMPLO: GENERAL MOTORS (GM)
Sobre GM planea
la sombra de quiebra desde hace casi tres años. Su deuda se considera bono
basura y unos cuantos hedge funds están apostando por su bancarrota con
opciones PUT fuera de dinero. Es, por tanto, la candidata ideal para ser
analizada con el Método Altman Z-Score. Vamos a utilizar las cuentas anuales de
2005, ya sabrán lo que tienen que hacer. Necesitamos el Balance y el Estado de Resultados.
Como podemos
observar, GM tiene un Z-Score de 0,614. Por algo su deuda se considera bono
basura. Aquel que decida comprar acciones de GM deberá analizar con mucho
cuidado su situación financiera. La apuesta aquí no es cuánto va a ganar GM el
año próximo ni cuánta cuota de mercado va a mantener. El comprador de GM
apuesta a que la compañía no va a quebrar. Como cualquier apuesta “todo o nada”
si sale bien la jugada los retornos van a ser muy altos pero si sale mal lo que
hoy compramos a $34 podemos venderlo a menos de $1. En cualquier caso, la
compra de acciones de GM no puede catalogarse de inversión. Es una operación
especulativa en toda regla.
DETERMINACIÓN DEL VAN, TIR Y TMAR
Previo al
cálculo de la Tasa Interna de Retorno (TIR) y el Valor Actual Neto (VNA), es
necesario calcular la TMAR con la cual se descontará el flujo.
Para ello se
utilizará la fórmula del CAPM: ( Capital Asset Pricing Model ) Modelo de fijación de precios de activos de
capital.
El objetivo del
desarrollo de este modelo es tratar de determinar como se establecen las
rentabilidades que uno espera obtener de un portafolio, lo mismo de un
activo individualmente considerado. Como
todo modelo en sus inicios tiene un planteo inicial que establece una serie de
supuestos simplificadores de la realidad, con el correr del tiempo esos supuestos son levantados.
La Beta de una cartera de acciones es el nivel de
relación que existe entre el rendimiento de nuestra cartera y el mercado,
expresado en un índice. En el caso de España el IBEX-35. (Índice Bursátil
Español).
SI la BETA de
nuestra cartera es igual a 1.0 significa que nuestra cartera de acciones se
mueve en idéntica proporción al Ibex-35 -ó al índice de referencia del mercado-
SI la BETA es
igual a 1.3 Significa que el movimiento de la cartera de acciones ha sido de un
130% con respecto al movimientodel IBEX-35.
SI la BETA es
igual a 0.8 significa que el movimiento de la cartera de acciones ha sido de un
80% con respecto al IBEX-35.
De este modo si
queremos que nuestra cartera replique al índice deberemos de tender a que su
beta sea lo mas cercana a 1.
¿Como calcular
la Beta de nuestra cartera?
Lo primero es
conocer la Beta individual de las acciones que componen nuestra cartera. En el
mercado español la Sociedad de Bolsas publica mensualmente en sus informes las
Betas de las acciones en su últimas 20, 60, 120 y 250 sesiones. Igualmente
necesitamos ponderar el peso que cada acción tiene en nuestra cartera.
Supongamos que
nuestra cartera está compuesta de la siguiente manera:
Acciones de
telefónica en un 50%
Acciones de
Endesa en un 20%
Acciones de
Ferrovial en un 30%
Buscamos en los
informes de ls Sociedad de Bolsas las Betas. En mi caso si es una cartera a
largo plazo me inclino por la Beta de las últimas 250 sesiones. Tenemos los
siguientes datos: (estos datos son betas ficticias para realizar el ejercicio)
Telefónica: Beta
0.70
Endesa: Beta
0.76
Ferrovial: Beta
1.27
Con los datos de
la Beta de cada acción y la ponderación en el conjunto de nuestra cartera
podemos realizar el siguiente cálculo:
Beta Cartera = (Beta x Ponderación) + (Beta x Ponderación) + (Beta x
Ponderación)
Beta Cartera =
(0.70 x 0.50) + (0.76 x 0.20) + (1.27 x 0.30) = 0.88
La Beta
ponderada de nuestra cartera sería de 0.88, lo que significa que tendría un
rendimiento teórico del 88 por ciento del índice Ibex 35.
Hay que tener en
cuenta que el cálculo de la Beta no es una ciencia exacta, ya que el valor Beta
de nuestra cartera dependerá del periódo elegido. No será el mismo valor si
utilizamos la Beta de las últimas 250 sesiones que una media de los últimos 5
años. Pero puede servirnos para tener una idea aproximada.
Conociendo el
valor de la Beta de nuestra cartera podemos intentar batir al Ibex35 en
mercados alcistas manteniendo una cartera con una Beta superior a 1 mientras
que en mercados bajistas si nuestra cartera tiene una Beta inferior a 1 las
pérdidas serían en teoría inferiores a las que registraría el índice.
Ejercicios
El riesgo país
de Ecuador es 558 puntos, es decir de 5,58%. La tasa libre de riesgo, está
representada por los T-BONDS, cuya rentabilidad es de 4,68%. La rentabilidad de
mercado de las empresas del sector en promedio es de 12,50%. El β corregido adquiere un valor de 1,23.
Finalmente, la rentabilidad exigida por parte del inversionista viene dada
por:
Donde:
La tasa de
descuento aplicada y ajustada al nivel exigido por los accionistas es del
10,8%.
http://www.bce.fin.ec/resumen_ticker.php?ticker_value=riesgo_pais
Aplicación de métodos numéricos
en el análisis financiero.
Determinación del VAN.
Determinación de la TIR por el método de Newton Raphson.
El análisis
económico, social o financiero de proyectos que requieren una inversión de
capitales, se fundamentan en una evaluación de su mismo nombre que se basa en
el cálculo de indicadores.
La cifra
numérica que caracteriza a cada indicador se lo ha determinado desde siempre
mediante modelos matemáticos simples o compuestos que simulan entre otros una
actualización o proyección en el tiempo de los beneficios y egresos resumidos y
presentados en un flujo neto, que concatenados con una tasa que normalmente
involucra criterios como de mejor oportunidad - riesgo de inversión e inflación
principalmente - se ponen de manifiesto
cifras numéricas que aseguran o no la conveniencia de la inversión respecto del
punto de vista considerado en la evaluación, económica, social o financiera.
Entre los
indicadores financieros, se destaca la tasa interna de retorno - TIR- cuyo
concepto encauza el cálculo para establecer el valor de la tasa con el que el
valor actual neto - VAN – se hace cero.
Normalmente, el
cálculo de la TIR se lo ha efectuado por el método de la interpolación.
VAN (VALOR
ACTUAL NETO) – TIR (TASA DE RETORNO DE INVERSIÓN)
En un proyecto
empresarial es muy importante analizar la posible rentabilidad del proyecto y
sobretodo si es viable o no. Cuando se forma una empresa hay que invertir un
capital y se espera obtener una rentabilidad a lo largo de los años. Esta
rentabilidad debe ser mayor al menos que una inversión con poco riesgo (letras
del Estado, o depósitos en entidades financieras solventes). De lo contrario es
más sencillo invertir el dinero en dichos productos con bajo riesgo en lugar de
dedicar tiempo y esfuerzo a la creación empresarial.
Dos parámetros
muy usados a la hora de calcular la viabilidad de un proyecto son el VAN (Valor
Actual Neto) y el TIR (Tasa Interna de Retorno). Ambos conceptos se basan en lo
mismo, y es la estimación de los flujos de caja que tenga la empresa
(simplificando, ingresos menos gastos netos).
Si tenemos un
proyecto que requiere una inversión X y nos generará flujos de caja positivos Y
a lo largo de Z años, habrá un punto en el que recuperemos la inversión X. Pero
claro, si en lugar de invertir el dinero X en un proyecto empresarial lo
hubiéramos invertido en un producto financiero, también tendríamos un retorno
de dicha inversión. Por lo tanto a los flujos de caja hay que recortarles una
tasa de interés que podríamos haber obtenido, es decir, actualizar los ingresos
futuros a la fecha actual. Si a este valor le descontamos la inversión inicial,
tenemos el Valor Actual Neto del proyecto.
Si por ejemplo
hacemos una estimación de los ingresos de nuestra empresa durante cinco años,
para que el proyecto sea rentable el VAN tendrá que ser superior a cero, lo que
significará que recuperaremos la inversión inicial y tendremos más capital que
si lo hubiéramos puesto a renta fija.
Veamos un ejemplo:
A continuación asignamos dos valores
de tasa, con las que podamos obtener un VAN positivo y otro negativo; en este
caso propuesto, la intersección de la curva con el eje de las abscisas están
alrededor del 10% (gráfico 01), entonces asumimos un valor de 9% para la tasa
menor y 11% para la tasa mayor.
Una forma de presentar la fórmula para calcular la tasa con
la que el VAN se hace cero es la fórmula
02:
Como se puede observar, el resultado
de la TIR obtenido por este método será más preciso en tanto y en cuanto los
dos valores del VAN - resultados de las tasas menor y mayor impuestas - se
aproximen más a cero.